Entrevista al Dr. Miguel Rolando González Corona (Parte I)


El Dr. Corona le entró al mundo con la fuerza de quien sabe que los hombres están destinados a grandes actos. Se ha desempeñado con la modestia de las personas nobles y la determinación que caracteriza a los cubanos. Su obra lo precede y es, al estilo quijotesco, un verdadero fundador. Sus aventuras comenzaron en Santiago de Cuba y hasta hoy no han parado. Inmerso en las nuevas tecnologías ha publicado ya con Ediciones Citmatel más de seis títulos en los que pone su saber al alcance de todos. A él se acercó el equipo de la Librería Virtual y como la historia es extensa (porque años de quehacer no se resumen en un par de líneas), hemos decidido dividir la conversación en dos partes. Aquí el inicio, como el capítulo de una novela de caballería:

I - De cómo se creó el Departamento comunitario de fisioterapia en Santiago de Cuba

En Julio del año de 1963, llegamos a Santiago de Cuba un grupo de compañeros médicos de diferentes especialidades para cubrir los espacios dejados por facultativos que emigraron, dejando a la población con falta de atención médica. Coincidentemente, en octubre de ese mismo año, el ciclón Flora agredió con viento y agua continua a toda la provincia oriental, por ocho días ininterrumpidos.

Inundaciones producidas por el ciclón Flora. Imagen de Archivo.
Dejó inundaciones peligrosas, más de 3 mil muertos de todas las edades y sexo, muerte de ganado de todo tipo. Destruyó la agricultura, las plantaciones; las aves de corral desaparecieron. Las consecuencias para la salud fueron importantes.
Se incrementaron enfermedades con una situación epidemiológica sumamente grave. La situación logística de medicinas y de alimentos estaba en condiciones pésimas. Las lesiones traumáticas se multiplicaron, yo actué como jefe de la especialidad de ortopedia y traumatología para la provincia Oriente - Sur. Mi principal preocupación era el qué hacer para rehabilitar a los pacientes necesitados de todas las edades.
Reporte en la prensa sobre los daños del ciclón Flora. Imagen de archivo.En Santiago de Cuba, los pocos médicos que ejercían la práctica privada usaban medios como lámparas para calor y ultrasonido terapéutico; pero cobraban una cantidad de dinero que la población empobrecida, desde antes de 1959 y después más por los efectos del ciclón Flora, no podían pagar.
Entonces, me entrevisté con el Comandante del Ejército Rebelde Armando Acosta, Jefe de la Provincia de Oriente. Le informé de la situación crítica epidemiológica, con aumento de la poliomielitis en niños, enfermedades digestivas, cerebro vasculares, respiratorias, neurológicas. Él decidió apoyarme, cuando aquello yo era primer teniente del Ejército Rebelde.
Me facilitó un edificio de tres plantas para instalar equipos de fisioterapia, que fueron donados por las tropas soviéticas. El Inder donó equipos de gimnasio para la terapia motora; la marina de guerra un motor de lancha fuera de borde para mover el agua de una piscina terapéutica; la Universidad de Oriente entregó un calentador eléctrico para los tratamientos de hidromasajes y baños de vapor que utilizaban los enfermos y las mujeres que hacían ejercicios en el gimnasio.
Hospital Militar Doctor Joaquín Castillo Duany. Foto tomada de la ACN. Fecha: enero/2018
El Hospital Militar Dr. Joaquín Castillo Duany prestó un enfermero; el Inder un profesor de educación física y en 1964 se iniciaron las acciones de rehabilitación para los enfermos de todo Oriente hasta Camagüey.
La organización de Salud Pública no prestó ayuda, por lo que tuvimos que realizar actividades con grandes esfuerzos, iniciativas personales, sacrificios.
Venciendo obstáculos, cumplí con mis obligaciones de cirujano ortopédico en los hospitales, profesor de la asignatura de Ortopedia en la Universidad de Santiago de Cuba y por las noches consultaba a los pacientes en el departamento de fisioterapia para indicar los tratamientos de rehabilitación que ejecutaban mis compañeros.
Visita de Machado Ventura al Palacio de Pioneros, en el año 1974. Foto: Archivo de Juventud Rebelde.
En el propio año '64, logré entrevistarme a las cinco de la mañana, con el Comandante del Ejército Rebelde y, en ese entonces, Ministro de Salud Pública, José Ramón Machado Ventura. Lo conduje hasta el departamento de fisioterapia.
Le mostré el primer servicio de fisioterapia de la comunidad en Cuba, situado en las calles de Corona y San Basilio; de fácil acceso a la población, sin cobrar para la atención de los enfermos necesitados de rehabilitación. Machado le ordenó al Director Provincial de Salud Pública apoyo total para mi proyecto. Crear una plantilla, pagar las deudas, facilitar toda ayuda por ser esta una institución para el pueblo. El 12 de mayo de 1965 se inauguró oficialmente.
En 1966, se diseñó un curso de técnicos de fisioterapia ayudado por la Dra. soviética Valeria Gregorieva y la Dra. chilena Elena Pedraza, ambas especialistas en Rehabilitación. Esta última enviada por el Comandante Machado. Se creó el curso con alumnos procedentes de varias regiones de la provincia oriental, favoreciendo extender la rehabilitación fuera de la frontera de la ciudad de Santiago de Cuba. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en una reflexión citó un discurso de la Dra. Elena Pedraza donde comentaba su impresión sobre esos momentos.
Reflexiones del Comandante en Jefe: UN EJEMPLO DE CONDUCTA COMUNISTA. Publicada el 7 de enero de 2008.

En el año de 1967 se inauguró el taller de prótesis ortopédica para la ampliación de las acciones de rehabilitación, con ayuda de los compañeros de Centro Nacional de Ortopedia Técnica Cuba-RDA de La Habana, para la preparación de los técnicos. La adquisición de la materia prima fue por el Ministerio de Comercio Interior, pero el metal duro aluminio fue otra actividad olímpica. Comenzamos a adquirir el aluminio de la P de Parada de los ómnibus.
Señal que indica Parada de Ómnibus. Cuba.
Lo cogía en horas de la noche, acompañado con otro trabajador; hasta que la policía nos sorprendió y nos condujeron a la estación. Por suerte, el jefe era uno de mis pacientes. Le enseñamos los usos del aluminio para la confección de las prótesis ortopédicas para niños y otros necesitados y las fajas para la columna enferma. Conciliamos no tomar los carteles de las paradas y a cambio el Minint me entregaría el duro aluminio. También, recibimos ayuda de Moa. Nos entregaban todo el aluminio suficiente para mantener la producción y así nació el taller en Santiago de Cuba. Luego, se crearon talleres en otras regiones de la provincia Oriental.
En La Habana, en el Hospital Militar Carlos J. Finlay, además de Ortopédico, participé como Profesor auxiliar en la docencia universitaria. Fui nombrado Primer Especialista de Medicina Física y Rehabilitación  de los Servicios Médicos de las FAR. Se logró en el Hospital Militar Carlos J. Finlay, construir el departamento de Fisioterapia considerado por el Minsap y las FAR, centro de referencia para las construcciones a realizar por los Servicios Médicos de las FAR y de Salud Pública.
En abril de 2006, en el Congreso de Medicina Física y Rehabilitación recibí el Reconocimiento de ser Fundador de la especialidad de Fisioterapia en Cuba. En el 2016, estando ya en La Habana, fui invitado a participar en el Congreso de Medicina Física y Rehabilitación en Santiago de Cuba. El historiador de la ciudad hizo un recuento histórico de cómo surgió la fisioterapia en esta ciudad y cómo prestó servicios a otras regiones. En pleno congreso se me entregó un libro titulado La fisiotepia en Santiago de Cuba. Trae una biografía mía, la trayectoria de la profesión médica, el significado social que representó la creación del primer departamento comunitario y su extensión a otros lugares. ¡Imaginen mi emoción!

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